Ir al contenido principal

Juan de Oro

http://www.aranjuezhistoriagrafica.com/

En 1987, después del servicio militar, me tocó volver a Madrid esta vez para trabajar. Sulquisa, cerca de Titulcia, una mina de sulfato sódico (el oro blanco, lo llaman). Búsqueda de piso en Aranjuez. Un habitáculo de unos 10 metros cuadrados, compartido con Kiko. Estamos poco tiempo en el cuchitril: el compañero Juan de Oro, J, nos buscó una casa como dios manda en la Colonia de Cables, puerta con puerta de la de sus padres.

Así que, lo que pudo haber sido un infierno, se convirtió en tres años de animada felicidad con mi compañero de casa y trabajo Kiko, con Isidro, con Alfonso y con un jefe de turno que además de jefe fue compañero, persona, maestro de vida. Ciertamente J nos trató muy bien, muy bien.

Después de tres años a turnos los compañeros se convierten en tu segunda familia, y llegas a mantener un grado de complicidad que se alcanza muy pocas veces en la vida, con las personas normales, las que trabajan de lunes a viernes. Todos llegamos a saber casi todo de los demás, de sus vidas, de sus anhelos, de sus virtudes y defectos. Nosotros llegamos a ese punto en que todo se comparte, el trabajo es a veces duro y sucio, los domingos, las nochebuenas y nocheviejas en turno de noche, lejos de la familia...

J ha sido una persona muy trabajada, nunca olvidaré las historias que contaba durante su breve paso por la fábrica de la penicilina — se han muerto los bichos, vaya como huele —, de la época en que trabajó en una imprenta, del tiempo que trabajó vendiendo cursos de inglés, de los consejos de compañero mayor, de la filosofía de vida de un ser libre, honesto, de trato llano, que me llamaba cariñosamente el Salchi.

J amaba tanto Aranjuez que muchas veces metía en las conversaciones temas sobre la historia del motín, el jardín del príncipe, el estanque de chinescos, el palacio, el Palacio de Aranjuez, el Tajo...

Me fui de Aranjuez a otros destinos más al norte y cerca de los míos. Tuve un contacto discreto con J hasta que gracias a facebook volvimos a retomar amistad. Supe de la muerte de sus padres (cuánta pena), supe del nacimiento de su nieto (qué alegría) y, sobre todo, de su afición a la fotografía. Creo que no hay rincón en las cercanías de Aranjuez que no haya pasado a través de las lentes de su Nikon. Supongo que tendría una colección de millones de fotografías, más o menos. El J era un gran tipo, sí señor.



Le envié esta composición a partir de una fotografía que sabía que le gustaba montada junto con el Jardín de Chinescos en sanguina, y de su inseparable máquina en carboncillo. Le gustó mucho, la colgó en la pared de su cuarto de trabajo.

Una triste tarde de un 22 de diciembre, dos compañeros me dieron la noticia.
— Jesús, ¿te acuerdas del carboncillo que hiciste al J ?
— Claro que me acuerdo, Kiko.
— Pues agárrate a algún sitio o mejor siéntate... J le tenía tanto cariño que mandó ponerlo a los pies del ataud, durante su funeral....
... y tuve que colgar. No podía hablar.

Y aún hoy, después de cierto tiempo, lo recuerdo con tanto cariño. No puedo reprimir cierta sensación de angustia y a la vez felicidad, que me aprieta y me duele el corazón.

DEP, J, amigo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

crónicas del humo

En todo blog que se precie suele haber una columna a la derecha que bajo el título INDICE muestra los posts de dicho blog ordenados por fechas. Instrucciones: 1) A la derecha hay un Índice, miradlo. 2) Incluye la fecha de las entradas. Pinchad sobre 2012, para ir a los primeros capítulos. 3) El único capítulo de Noviembre de 2012 es el primero. 4) El primer capítulo de la historia se llama Capítulo 1. V. comienza su blog de una forma realmente original Hola, soy V. Nací en 1995 en España, me gustan el chocolate negro y Scooby Doo. Esto va así: Pienso, escribo, lo lees. Y si te gusta repetimos. No recuerdo cómo dí con Crónicas del Humo , pero empecé a leer por curiosidad, siguiendo sus instrucciones, el Capítulo 1 . Seguro que exagero, pero hay algo en el estilo de V. que me recuerda a Carlos Ruiz Zafón, me parecía que estaba empezando a leer Marina. Te animo a que leas un par de capítulos. Ya me contarás… En el Capítulo 33 parece que acaba su historia o a

el Santo Grial

Escuchar 'el Santo Grial' en ivoox El cáliz de Doña Urraca En el transcurso de una investigación sobre diversos objetos islámicos conservados en el Museo de San Isidoro de León, llama la atención un arca de plata procedente de fuera de nuestras fronteras y que ya había viajado por otros lugares, entre ellos el Museo del Louvre. Se trata de una arca del siglo XI, de procedencia fatimí, de El Cairo, y que era propiedad del visir Sadaqa ibn Yusuf. Siendo por aquel entonces el Reino de León el reino cristiano más influyente de la península tenía sentido haber encontrado regalos procedentes de Córdoba, Zaragoza o Toledo, ciudades vecinas bajo dominio musulmán, ¿pero de Egipto? ¿Qué había sucedido y cómo relacionar este arca con dos puntos tan lejanos? Siguiendo la pista del arca, se envía un arabista a la universidad de Al-Azhar en El Cairo, para que amplíe la información de primera mano. Allí encuentra dos pergaminos originales ciertamente peculiares. Primer perg

auf wiedersehen

Escucha 'auf wiedersehen' en ivoox Bastogne. 14 de diciembre de 1944. A las tres horas y cincuenta minutos, el soldado William "Detroit" Johnson estaba contando los últimos minutos para acabar su guardia. Aterido de frío, con los músculos agarrotados en su pozo de tirador, con la mirada perdida por el sueño, sintió un fuerte golpe en su casco que le despabiló. Apretando por instinto su fusil, levantó ligeramente la cabeza mirando hacia atrás con cara de pocos amigos, pensando que algún gracioso le había lanzado una piedra. Escudriñó la oscuridad durante unos instantes pero no vio ningún movimiento delator. — Habrá sido el capullo de Morris. — pensó. Se quitó el casco y lo inspeccionó. Descubrió una abolladura en el lateral izquierdo. — Rayos, ¿una bala perdida? Vaya, ha estado cerca...  — se dijo. Al colocarse de nuevo el casco y volver su atención al frente creyó que soñaba despierto. Una figura en la distancia se acercaba hacia él sin ningún