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abecedario de los niños muertos [ii]


Estos relatos no son adecuados para niños pequeños


La M es para Marcelo, 4 años

A Marcelo le encanta jugar al escondite, le toca esconderse a él y se ha metido en el baúl en el cuarto de sus padres. Sus hermanos han contado en voz alta hasta diez.
— ¡Vamos a buscarte, Marcelo! —
Llevan rato buscándolo y Marcelo no aparece. Aburridos del juego han dejado la búsqueda y se han puesto a ver la televisión.Marcelo se ha puesto tan nervioso que, entre la excitación y el poco espacio, le ha dado un ataque de asma.
No acierta a abrir el baúl y el inhalador ha debido caer en algún lugar, mientras jugaban.
— ¡Estoy aquí!, ¡Estoy aquí! —
Para colmo, la bufanda de mamá se ha enganchado en su cuello, tapándole la cara y sofocándole los gritos.
Después de dos horas, por fin, le han encontrado...

La N es para Nina, de 9 años

Nina tiene una enfermedad rara: no siente dolor ni los cambios de temperatura.
Esta tarde ha estado recortando las piezas de un juego de construcción. Sin querer se ha cortado un dedito con el cutter. Un jirón de piel cuelga del dedo, como cuando pelas una naranja.
Nina ha comenzado a tirar y a tirar. Ya casi se ha pelado medio brazo. No ha parado hasta perder el conocimiento y ahora yace en el suelo, sobre un charco de su propia sangre, que ya se extendido por más de media habitación.
Nina no sabía que, además, es hemofílica.

La O es para Oscar, de 5 años.

Oscar es un cafre: tortura a los animales.
Oscar ha desarrollado una extraordinaria capacidad, la de hacer viajes astrales: separa su alma de su cuerpo y accede a otra dimensión. Su alma y su cuerpo permanecen vivos, conectados por un tenue hilo de plata.
Flotando en la habitación, sobre su cuerpo, observa horrorizado que el gato ha saltado sobre su pecho, indefenso e inerte.
Sus garras afiladas como cuchillos acarician el frágil hilo de plata…

La P es para Pablo, de 4 años

Aunque Pablo sólo tiene cuatro años, es un niño muy despabilado que se fija en todo.
Esta mañana su padre se estaba afeitando, entre bromas le ha ensuciado la carita con espuma y ha pasado la maquinilla por la parte del plástico, llevándose una bola enorme de jabón. La cara de sorpresa de Pablito no tiene precio.
Hoy, por la tarde, ha notado que no tiene la barba ‘bien apurada’, como dice papá. No supo quitar el protector de las cuchillas, así que se ha puesto a rebuscar.
Entre los utensilios de afeitar ha encontrado una cajita de nácar y dentro una navaja de barbero que brilla cegadora…

La Q es para Quentin, de 2 años.

La madre de Quentin quiere una mejor vida para su hijo. Su marido y casi toda su familia murió en la guerra. Ha reunido todo el dinero que ha podido y ha comprado dos plazas en una lancha neumática que les llevará a Europa.
El viaje dura más de lo esperado, pero al fin se ve la costa. Entonces ocurrió el percance, la lona de la lancha se ha rajado, era mucho el peso. La sed, el hambre, el cansancio… Todos han caído al agua.
Quentin ha llegado a primera hora de la mañana, sobre la cálida arena de una playa italiana, sus ropitas de colores brillantes empapada, su cuerpecito hinchado.

La R es para Rebeca, de 9 años.

Hoy ha hecho su Primera Comunión. Rebeca es una niña espiritual, tiene claro desde los cuatro años que quiere ser monja.
Ha crecido oyendo historias de santos, de profetas, de mártires, del poder todopoderoso del buen Dios.
Se ha subido a un taburete y se ha arrojado al vacío, a través de la ventana.
Ella sabe que, justo antes de tocar el suelo, el Angel de la Guardia la recogerá y la volverá a subir a su casa. Es una prueba de fe.
El ángel, en efecto, ha cogido su alma inmortal...
...y se la ha llevado al infierno, como la de todos los suicidas.

La S es para Simón, de 7 años.

Simón es un chico un poco desorganizado. Lleva días un tanto disperso, como si tuviera la cabeza en otro sitio distinto del resto de su cuerpo.
Hoy, definitivamente, Simón no está nada centrado… Será la edad. A su edad todos hemos estado un tanto desubicados.
Y es natural: su padre le ha troceado con un machete y le ha metido en varias bolsas de plástico, en el congelador.
Esta noche se comerá su corazón.

La T es para Tomás, de 8 años.

— Tomy, tengo frío, estoy solo, tengo miedo, ven a jugar conmigo —
— No puedo, ya sabes lo que dice mamá —
— Tomy, somos hermanos, los hermanos juegan y se cuidan —
— Mamá ha dicho que tienes que cuidarte tú solo, ya eres mayor—
— Tomy ¿por qué me haces esto?, ¿Ya no me quieres?—
— ¡Claro que te quiero, tonto!—
— Pues entonces ven conmigo, no puedo dormir si no estás a mi lado.—
— Sabes de sobra que me gustaría estar contigo...
me gustaría tanto...
pero estoy muerto.

La U es para Ulrico, de 1 mes.

Ha sido un día muy duro impartiendo justicia, dirimiendo pleitos, lindes, herencias, deudas, impagos; Salomón está exhausto.
Y ahora estas dos mujeres que le traen un niño muerto y otro vivo. Las dos dicen que el niño vivo es el suyo.
— Partidle en dos mitades y dad a cada madre una mitad—
— ¡No, mi rey! Dad el niño a ésta y no lo matéis—
El verdugo ha sido tan rápido…
Se ha llevado las dos mitades la madre verdadera.

La V es para Victor, de 8 años

Victor ha despertado de su catalepsia dentro del ataúd, oliendo a tierra fresca y húmeda. Sin ponerse nervioso, en la oscuridad, ha encontrado la campanita (*) y ha empezado a tirar de ella para alertar a los del pueblo. Han empezado a cavar frenéticamente en su rescate; ya ve una grieta por la que se filtra la luz del día…
— Oh, vaya...—
Al levantar la tapa han sucedido dos cosas: la luz del sol ha empezado a abrasar su cuerpo, y la estaca que sujeta Peter Cushing, el cazador de vampiros, le ha atravesado el corazón.

(*) El terror a ser enterrado vivo estaba tan generalizado en el s.. XVIII que se llegó a inventar un dispositivo mediante campanillas y banderas para que en caso de enterramiento prematuro, se alertase a quien pasase cerca que alguien había sido enterrado vivo.

La W es para Wassily, de 5 años

Wassily ha visitado hoy el Museo de Ciencias Naturales. Ha sido un día maravilloso, se sabe de memoria el nombre de todos los dinosaurios. Su madre le ha comprado un mosquito atrapado en una bola de ámbar.
De vuelta a casa, con la emoción, se le ha caído al suelo y ha empezado a rodar.
Sin pensarlo dos veces ha ido corriendo tras él con las manos abiertas y a punto ha estado de atraparlo Lo último que oyó fueron los gritos de su madre, amortiguados por el penetrante chirrido de los frenos del metro.

La X es para Xuan, de 2 años

El día que Xuan vino al mundo fue motivo de celebración y algarabía para toda la familia. A Xuan no le faltó cariño y atenciones durante toda su vida y, aunque era un poco trasto, jamás se le castigó y se le consintieron todo tipo de caprichos.
Hoy es 11 de noviembre y Xuan cumple dos años. Le han subido sobre una mesa y, sin dar explicaciones, le han metido un cuchillo por el cuello, para desangrarlo.
Con la misma alegría del día que nació, hoy toda la familia está reunida despedazando a Xuan, preparando los chorizos, los jamones, el tocino...

La Y es para Yoshio, de 9 años.

El abuelo de Yoshio fue pescador, pero Yoshio quiere ser piloto, como su padre. Yoshio aun no sabe que su padre ha muerto hace dos días, estrellando su avión contra un barco de guerra.
Hoy se ha levantado temprano para ir a pescar, coincidiendo con la marea alta. De camino al puerto ha levantado la vista y ha visto un avión enorme — ¡cómo me gustaría volar en un avión como ese —
A las 8 horas y 45 minutos de hoy, 6 de agosto, una luz cegadora le ha obligado a cerrar los ojos.
La bomba atómica ha sublimado a Yoshio antes de abrirlos.

La Z es para Zoe.

Zoe flota feliz en el líquido amniótico de la placenta de su madre, nutriéndose y creciendo.
Hace una semana que ha llegado una carta urgente del hospital donde dice que la prueba de la amniocentesis ha dado positivo.
Los forceps que un experimentado doctor ha introducido en el útero de su madre la han ido sacando, trocito a trocito.
Zoe ha nacido en una bandeja de metal con forma de riñón.

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